Como dices, sabes lo que es lo correcto; y la noticia es que puedes hacerlo. No te guíes por lo que meramente te apetece, sino que piensa en hacer el bien, y evita hacer el mal (como el mal que te harías a ti misma, a tu matrimonio, a tu bebé; a este compañero de trabajo, a su matrimonio, y a sus hijos, para empezar). Te recomiendo no hacer nada que sea malo en sí mismo.
A lo que se compromete uno en el matrimonio es a amar, y eso siempre se puede cumplir, y es bueno hacerlo. Guiarse por lo que meramente apetece es degradarse uno a sí mismo, y, en su caso, utilizar a otras personas colaborando en su degradación, o incitando a ello.
Yo te recomendaría no vivir para ti misma, sino que serás mucho más feliz si piensas en hacer el bien con tu vida. Ayuda a tu marido a lo mismo, y educa a tu hijo en lo mismo. Me imagino que ya puedes imaginarte el abismo en el que caerías si siguieras adelante con lo que ya ves que no es lo correcto; ahí sí que te esperaría un auténtico sufrimiento.
Está claro que el ser humano es muy débil y está inclinado hacia lo malo, hacia lo egoísta, pero esta mala inclinación se puede vencer con la gracia de Dios.
Te recomiendo (si estás bautizada, que me imagino que sí) acudir a la Confesión Sacramental, y una vez con la gracia de Dios, podrás hacer lo que sea lo correcto, por supuesto que poniendo los medios que sean necesarios; incluso el abandonar el trabajo si fuese necesario; mejor quedarte sin trabajo que sin moral y sin familia; y si ves que no es necesario abandonar el trabajo y que puedes verlo, piensa en el bien de verdad de él, y no digas ni una palabra que no vaya en este sentido, no te disculpes en absoluto, ni comentes lo ocurrido; en todo caso dile que a él también le puede venir bien la Confesión Sacramental, y que piense en su familia y en sí mismo; y una vez que hayas intentado reparar el daño que le has hecho, mejor brevemente para no enrredarte, procura hablar con él solo lo imprescindible, y siempre guiada por hacer el bien, y el resto mejor callar; entre sus posibles reacciones se me ocurre que él podría reaccionar favorablemente, reconociendo su error y respetando tu decisión (aunque esto también podría ser solo aparente); o bien podría intentar hacerte desistir de tu decisión con multitud de medios; solo el guiarte siempre por hacer el bien de verdad, una buena intención, por supuesto que con la gracia de Dios, te podrá librar de todos los posibles ataques. Por supuesto que es posible que lo mejor fuese no verlo ya más. Yo te recomiendo hacer oración, y ver cuál es la Voluntad de Dios; tienes una labor fundamental en casa que es el cuidado de tu bebé. Si haces lo que Dios dice, no te va a faltar nada de lo necesario.