I. Hola señora Daiana. Mucho lamentamos mi esposa y yo esa realidad. Es una decisión muy seria la que debe tomar por la felicidad suya y de sus hijos tomando en cuenta todo o que dice. Hay una expresión que dice: amor no quita conocimiento. Es decir que la realidad que usted vive al conocerla tan bien no puede permitirse sufrir tanto. Sin embargo, mucho se puede hacer. Hayamos una información de hace muchos años y le compartimos parte de ella. Lea con cuidado y si tiene una Biblia busque las citas bíblicas para que confirme la información. Nos gustaría su opinión sincera de lo que le pareció. Recuerde, con esto, no queremos decirle qué hacer porque nosotros llevamos 25 años de casados y nunca hemos tenido problemas serios porque nos dejamos guiar por la Biblia. Pero solo usted sabe mejor lo que es su realidad. Muchas gracias por su tiempo, aprecio y valoración. Estamos a su orden.
¿Podrá salvarse su matrimonio?
ES UN hecho lamentable, pero los matrimonios de más de un millón de personas al año son rotos por el divorcio tan solo en los Estados Unidos. ¡Esto equivale un promedio de aproximadamente un divorcio cada minuto!
Es triste el hecho de que tantas personas que esperan disfrutar de felicidad en el matrimonio encuentren exactamente lo contrario. Un consejero estadounidense sobre el matrimonio hizo la siguiente observación acerca de los que se casan hoy: “Una cuarta parte de ellos acabarán en el juzgado de divorcios, mientras que otra cuarta parte conservarán su matrimonio legalmente intacto por una variedad de razones, pero obtendrán poca satisfacción de éste.”
Claramente, los matrimonios de millones de personas necesitan ayuda. Posiblemente su matrimonio, también, tenga dificultades. ¿Qué puede usted hacer para fortalecerlo? ¿Cómo puede realizarse la felicidad que usted esperaba originalmente del matrimonio?
Acuda a la fuente correcta por ayuda
Los hombres y las mujeres están diseñados maravillosamente unos para otros. Están equipados inherentemente para vivir juntos como marido y mujer. No obstante, muchos matrimonios fracasan. ¿Por qué? Porque pasan por alto un requisito importante.
Un requisito básico para tener éxito genuino en el matrimonio es consultar con regularidad el consejo de su originador, el Creador del hombre, Jehová Dios. En su Palabra escrita, la Biblia, él ha provisto el consejo que, si ambos cónyuges lo aplican, ciertamente asegurará la felicidad de su matrimonio.
Esto no es simple teoría, o una aserción ociosa, sin apoyo. Es un hecho. Pues cuando las personas se han esforzado realmente por cultivar en su matrimonio las cualidades que recomienda la Biblia, se han logrado mejoramientos admirables. ¿Está usted dispuesto a hacer un esfuerzo concienzudo para salvar su matrimonio por medio de aceptar el consejo del preeminente consejero sobre el matrimonio, Jehová Dios?
CUANDO HAY DIFICULTADES GRAVES
Pero quizás usted crea que ya no se le puede ayudar a su matrimonio, que los problemas son demasiado graves. Posiblemente su esposo sea un borrachín. Quizás hasta abuse físicamente de usted a veces, y exprese gran falta de respeto a Dios y su Palabra. ¿Qué se puede hacer en tal caso?
La situación no es desesperada. En el primer siglo hubo casos de esposos que no tenían respeto alguno a los principios cristianos. Note el consejo divino que se dio a las esposas cristianas que afrontaban tales circunstancias: “Ustedes, esposas, estén en sujeción a sus propios esposos, a fin de que, si algunos no son obedientes a la palabra, sean ganados sin una palabra por la conducta de sus esposas, por haber sido testigos oculares de su conducta casta junto con profundo respeto.”—1 Ped. 3:1, 2; Tito 2:4, 5.
Este consejo ha resultado provechoso vez tras vez. Al exhibir conducta casta y respeto profundo a menudo las esposas cristianas han contribuido a salvar sus matrimonios, convirtiéndolos en uniones felices. “Pero, ¿cómo le muestra uno respeto al hombre que se emborracha y no le tiene respeto a Dios?” Quizás pregunte usted.
Es verdad que eso no es fácil. Usted no puede, por supuesto, aprobar la borrachera ni otros tipos de conducta impía. Pero usted sí puede trabajar para aumentar el respeto al cargo o posición de su esposo como cabeza de la familia.
También, aunque posiblemente haya cosas desagradables que usted haya descubierto acerca de él como individuo desde que se casó con él, sin duda, si usted los buscara, podría hallar nuevos aspectos de su personalidad que usted considera deseables. Además, ¿no puede usted continuar desarrollando amor y respeto a las cosas que tienen que ver con su esposo que inicialmente avivaron el amor de usted a él, si todavía tiene esas mismas cualidades, así como las cosas buenas que usted haya descubierto desde entonces? ¿Hay cosas que usted personalmente pueda hacer que den énfasis a las buenas cualidades de él y reduzcan al mínimo sus cualidades indeseables?
Algunas esposas han pensado seriamente en tales asuntos. Y también han cultivado la cualidad cristiana de aguante, permaneciendo castas y respetuosas a través de años de abuso por esposos que se oponían a su proceder cristiano. Los resultados a veces son absolutamente conmovedores. Por ejemplo, hace algún tiempo un esposo escribió:
‘Por doce años yo fui el peor enemigo de mi propia esposa. La amenazaba y reñíamos todos los días; es decir, yo siempre buscaba pelear y hasta me ponía a pegarle. Muy a menudo venía borracho a casa y entonces le pegaba tanto a mi esposa como a mi hijo. Pero todo en vano; mi esposa perseveraba en su estudio de la Biblia y en adorar a Dios.
‘Hace solo poco tiempo, relativamente, sentían alivio todos los días cuando me iba a trabajar y temían el instante en que regresaría. Entonces, hace poco, tuve una conversación con un ministro cristiano de los testigos de Jehová. Después me senté y repasé los pasados doce años de mi vida. Este análisis fue aplastante para mí. Discerní lo terriblemente desconsiderado que había sido para con mi esposa, mientras que ella había aguantado todo con humildad, como un pedazo de granito contra el cual las olas de mi locura se estrellaban en vano. Mientras más cruel había sido yo, más amor y misericordia me había mostrado ella.
‘Sí, solo ahora veo todo esto. Y a medida que comencé a discernirlo, tomé la Biblia; y, gracias a su instrucción, ahora soy como un hombre que ha vuelto a nacer. Ya no me emborracho y he dejado de fumar, he dejado el populacho, y ahora participo con mis amados regularmente en el estudio de la Palabra de Dios.’
Hay muchos ejemplos semejantes a éste de esposas que, por su conducta casta y profundo respeto, han ganado a sus esposos al cristianismo. Aunque esto quizás haya requerido años, ¡Cuán felices están estas esposas por no haberse rendido y abandonado a sus esposos! Se pueden realizar bendiciones verdaderas como resultado del aguante.